En todas las empresas y en la vida personal siempre ha existido una resistencia natural al cambio; muchas veces la falta de compromiso, el individualismo y la falta de innovación hace que muchos de nuestros esfuerzos se centren en nuestro día día, en quejarnos de todo y muchas veces de nada. Pone de manifiesto la importancia de centrar el foco de atención en las cosas buenas, en nuestras fortalezas, en nuestras competencias, en lo relevante, en lo que quiero, y no destacar lo malo, lo que desagrada, lo irrelevante, las incompetencias, las debilidades.
Esta charla es una invitación a tomarnos la vida y el trabajo siempre con buena disposición.
Seamos más Quijotes (más luchadores, más soñadores, más “aterrados”) y menos Quejotes: usemos nuestra energía en positivo.