Historia personal de Carlos Vera Vega.
Mi vida comienza en Magallanes donde para mi es el comienzo del mundo y no el final (…) Un día 30 de mayo de 1981 a las 06:00 de la mañana mi madre da a luz, en un invierno nevado y muy frio, pocas veces tuve un apego absoluto a mi madre, tal vez ese frio pudo influir en ello…pasado el tiempo me crie en una familia del tipo extendida, católica, gran parte de mi infancia fueron mis abuelos los que me cuidaron me sentí bien con ellos siempre, era gente honrada de mucho tesón y sacrificio. Considere siempre la vida llena de aventuras y alegre.
Luego y como era común en ese contexto fui institucionalizado en internados donde tuve amigos y pasé alegrías y penas y donde comencé a conocer la soledad. En 1993 no existía la ley de protección al menor, tampoco existía la ley de discernimiento. Chile era un país donde afloraban los cambios sociales producto de la transición y por lo mismo se conservaban leyes muy antiguas. Fue en esa época, cuando tenía 11 años, que escapé de mi casa por problemas con mi mamá. Aquel día fui a esperar a mi padrastro a un paradero de locomoción colectiva porque él llegaba en la noche desde la mina donde trabajaba…pero llego carabineros y fui detenido por vagancia, irónicamente al alero la ley de protección al menor.
A raíz de eso, al día siguiente y habiendo pasado la noche en la comisaría, mi madre tenía que ir al tribunal para llevarme a la casa, sin embargo le dijo al juez que iba a firmar la orden de ingreso a Gendarmería, porque ella quería que me dieran una lección.…Esa lección duró un mes. Yo tenía 11 años.
Y así seguí vinculándome en un, mundo delictual hasta seguir esa línea de vida y hacer del delito algo habitual, recorrí varios penales del país y varios centros de menores.
Es así como entonces llegó la última condena, y digo que ya no quería más. ¡No quiero más ahora! Ósea, estoy empezando una condena de cinco años y medio y no voy a perder un día porque ya perdí para atrás seis años más de condena. ¡Aquí es el fin! Entonces: ¿cómo la hago? Quítate de la cabeza hacer conducta porque no la vas a conseguir. ¿Cómo la hago? …Resignado en el pasillo del módulo, no recuerdo porque, pero pase cerca de un tarro de basura y sin analizar saque un libro Cepech de ahí, al llegar la hora del encierro lo abrí al azar practicando el dadaísmo y vino un momento de insigth. Comencé a estudiar y no pare más, se vino un proceso lleno de momentos que impresionan, la dinámica de la situación cotidiana fue siempre de alto nivel energético. Realicé muchos experimentos sociales en la prisión y pude comprender cosas más allá de mi propio saber, desde lo que hoy llamamos hermenéutica comprensiva.
En fin, hoy soy psicólogo titulado orgulloso de haber roto varios paradigmas personales sociales y profesionales, tengo 3 hijos a los cuales amo y una familia muy orgullosa.
Soy psicólogo forense, declaro ante los mismos jueces que, me condenaron alguna vez, en los mismos tribunales y estoy empeñado a seguir luchando por una mejor sociedad. Los invito a vivenciar mi historia desde mi narración en extenso donde podre posicionarlos en una mirada muy distinta de donde siempre han observado. Una visión cruda desde la psicología profunda y emotiva. Un palco que nunca has usado.