Comentarista del comportamiento típico en distintos países de Latinoamérica. Sus obras están expresadas en un lenguaje sencillo, utilizando sus propias experiencias para conducir investigaciones, analizarlas y construir conclusiones.
Comentarista del comportamiento típico en distintos países de Latinoamérica. Sus obras están expresadas en un lenguaje sencillo, utilizando sus propias experiencias para conducir investigaciones, analizarlas y construir conclusiones.
Vivió en Temuco, su ciudad natal, hasta los 15 años, cuando la familia se mudó a Viña del Mar, donde su padre ocupó el puesto de gerente en una sucursal del supermercado Las Brisas. Tres años más tarde, se fue a Santiago, donde se instaló en una pensión y comenzó a estudiar Psicología en la Universidad Diego Portales. Se casó con un viñamarino, volvió a esa ciudad y tuvo dos hijos, Cristián y Nicole; se separó al poco tiempo y se dedicó a atender su consulta profesional y a profundizar sus investigaciones en talleres en colegios y hospitales.
De esa experiencia saldría el material de los libros y las charlas que la harían famosa. Dirige la Fundación “Cáncer Vida”, para pacientes con cáncer al pulmón y páncreas en memoria de Óscar Letelier González.
Comentarista del comportamiento típico en distintos países de Latinoamérica. Sus obras están expresadas en un lenguaje sencillo, utilizando sus propias experiencias para conducir investigaciones, analizarlas y construir conclusiones.
Sus escritos abarcan temas como el sexo, la familia y las relaciones interpersonales, con un estilo que ha sido catalogado como Autoayuda.
Libros publicados:
Premios:
La psicóloga chilena encontró en su propio camino las claves para entender y afrontar la vida con mayor felicidad y que ahora difunde a través de sus libros.
“La decisión de ser feliz trasciende absolutamente los momentos de alegría”, dice Pilar Sordo. Eso fue lo que intentó plasmar en 2012, en su libro “Bienvenido dolor” a través de un estudio que realizó en toda Latinoamérica hace unos años y que acaba de actualizar logrando nuevos resultados. Por eso da las claves para ser feliz en el siglo XXI.
“La conferencia es una investigación que hice en todo el mundo hispano acerca del tema de la felicidad, pero cuando estaba tratando de desentrañar el concepto, me encontré con problemas que los latinos tenemos con la expresión de las emociones. La primera parte del trabajo tiene que ver con qué nos pasa con las emociones y ahí empezaron a aparecer los errores que cometemos con respecto al tema de la felicidad. Por ejemplo, el error de pensar que la felicidad tiene que ver con la alegría, siendo que yo puedo ser feliz y estar triste, y ser feliz y estar pasando un momento muy doloroso”, explicó en una entrevista.
Hombres y mujeres mayores de 15 años latinoamericanos.
La destacada psicóloga presentará esta disertación, que busca responder el interrogante de “por qué los adolescentes no quieren crecer”.
“¿Por qué los adolescentes no quieren crecer?” Con este interrogante, la destacada psicóloga Pilar Sordo abre un debate cuyas respuestas deben ser buscadas por los adultos a partir de la reflexión sobre e tipo de testimonio que estamos siendo para nuestros hijos. “En un contexto en que tratamos de darles todo lo que ellos necesitan, nos estamos olvidando de lo que realmente nos están pidiendo: más afecto, caricias, límites… un mundo más seguro por e cual transitar”, dice la especialista.
Pilar Sordo recorre las distintas etapas de la vida de los jóvenes -desde los nueve hasta los treinta años- reparando en los principales conflictos y desafíos de cada una de ellas, y en la dirección en que los padres deben orientar los sueños de sus hijos para que ellos puedan desarrollarse en plenitud.
“Creo profundamente en los adolescentes de este país, pero en lo que me cuesta creer es en los adultos; por lo tanto, si los adultos cambiamos como motor de vida, como testimonio de acción, claramente vamos a tener una generación de adolescentes que en el futuro van a ser los grandes constructores de este país”, dice la psicóloga.
Jóvenes adolescentes y sus padres.
Donde destaca la diferencia hombre-mujer y cómo poder complementarse el uno con el otro, al saber cómo funcionamos hombres y mujeres al momento de dirigir una empresa o trabajar en equipo.
Expresar emociones es necesario, un elemento distinto es valorar diferencia de los géneros: El hombre siempre está enfocado a valorar las metas, y las mujeres a valorar los procesos.
El gran desafío de los trabajadores hoy en día es desenvolverse en el mundo de lo público, sin perder ni olvidar el mundo privado…
Se hará una radiografía de nuestra generación de adolescentes de hoy y toda su problemática, uso de redes sociales y tecnología y como influye hoy sus alteraciones emocionales conductuales, etc..
Se analizará como poder manejar a nuestros hijos.
Entregará pautas y técnica que les ayudará a tener mejor relación padre-hijo y así poder conocernos mejor, poder reflexionar y cambiar algún ángulo de nuestras vidas.
Con esta charla podremos recuperar la noción de autoridad, los padres no deben ser sólo amigo de sus hijos.
Tendremos una mejor comunicación y contacto afectivo y efectivo… al recuperar la postura de límites y sanciones fundamentales para educar.
Ver la comunicación dentro del hogar, que es más que Tareas
En un momento donde las crisis nos invaden desde todos los ángulos, el económico, el valórico, el social y ahora en el área de la salud, creo que es importante preguntarse qué tenemos que rescatar de este fenómeno y dónde está ubicada realmente la crisis de esa que tanto se habla y que se le tiende a ubicar siempre afuera de nosotros mismos.
Más importante que la crisis misma, independiente del área en la que se le ubique, es la actitud que se toma frente a ella; lo que determina el resultado del proceso.
La capacidad de resciliencia o de re-inventarnos parece ser clave por lo menos en temas como la cesantía y la inseguridad que nos inunda a todos en nuestra vida en general.
La creatividad, la capacidad, de movilidad, de no quedarnos esperando que las soluciones vengan desde afuera, sino que elaborar recursos internos que nos permitan desarrollar la flexibilidad y la tolerancia junto con la paciencia, parecen ser los elementos claves para sortearla con cierto éxito o por lo menos rescatando los aprendizajes necesarios que ella nos trae.
Las crisis por definición pueden ser una oportunidad para buscar dentro de nosotros mismos, para colocar de una vez por todos al hombre como ser humano, como eje central de todos los procesos sociales y no sólo por los objetivos de crecimiento económicos, ya que demostraron no responder en sí mismos a la felicidad del ser humano.
Esta crisis puede y debe a mi juicio ser una invitación a mirar más lo interno, a valorar el presente, en vez de hipotecar un futuro. A entender que las “ocasiones especiales” son para ser vividas hoy y no esperando ese momento en un tiempo que jamás llegue.
Son una invitación a disfrutar de lo simple. De lo que no tiene costo ni valor económico, que al final del día son las cosas que realmente nos hacen felices del alma.
Cuando además tenemos gente a nuestro cargo, nuestro testimonio de cómo vivimos nuestras crisis individuales, también va a ser una muestra de cómo la viviremos con los que trabajan con nosotros.
El motivar el equipo para que siga trabajando con ganas, que los objetivos se acomoden a la realidad, pero no cambien en lo profundo, que se mantenga e incentive el refuerzo hacia lo positivo, son elementos claves para motivar a los trabajos en equipos sobre todo cuando estos tienen que ver con las ventas.
La flexibilidad, la creatividad, la paciencia y el sentido del humor parecen ser elementos claves en el manejo de esta supuesta crisis que más que en el exterior, se empieza a ubicar en el interior de nuestros corazones.
Las emociones en tiempos de la pandemia.
La cuarentena “es una invitación, no a entrar a las casas físicas, sino un poco más profunda que tiene que ver con el mundo interior de cada persona. Esa casa interna también requiere limpieza, desinfección, eliminar lo que no sirve, ordenar prioridades y hacerse las grandes preguntas que a veces decíamos que no teníamos tiempo”.
Los cambios sociales “se mueven en tres tercios: un tercio que no necesitó nunca el coronavirus para poder cambiar o tener mayores niveles de consciencia; otro que con el virus, o con lo que fuere, no va a entender nunca porque no tiene los niveles de consciencia todavía o porque le da miedo el fenómeno que prefiere negarlo; y otro que se puede mover en este momento hacia un extremo o hacia el otro”.